martes, 5 de junio de 2007

Compleja realidad (07-11-2003)



El primer guiño que nos dedica la muerte es terrible; una mueca descarnada que nos transmite, por primera vez, el dolor de lo definitivo e irremediable. Yo no lo recuerdo, aunque conservo recuerdos desde los tres años, pero siempre me acordaré de la imagen de mi hija Zoe, de cuatro años, llorando desconsolada con un gorrioncillo muerto en sus manitas, besándolo, y preguntándome, desesperada, si volvería a la vida con unas miguitas de pan. Me miraba como miran los niños pequeños a sus padres, cuando todavía creen que lo pueden todo, y tuve que decirle que ya no se podía hacer nada por Picasoques...

La vida nos enseña que el tiempo se divide, irreversiblemente, en pasado, presente y futuro, aunque el corazón no acaba de entenderlo de forma tan clara. Quién nos iba a decir que sería la física, la disciplina científica más matemática, la que acabaría contradiciendo a la razón. Einstein nos enseñó que el tiempo y el espacio son relativos, que se pueden estirar o contraer como un chicle, y que representan una realidad cambiante según el sistema desde el que los observemos.

El pasado para nosotros puede ser el presente o el futuro para un observador moviéndose en un sistema independiente del nuestro. Y todo esto no son especulaciones, se ha comprobado experimentalmente con aviones supersónicos y relojes atómicos. La llamada paradoja de los gemelos es una realidad: si uno de dos hermanos gemelos se queda en la Tierra y el otro se embarca en un viaje interplanetario, con una nave que viaje a una velocidad cercana a la de la luz, el tiempo en la nave pasa, irremediablemente, más lentamente que en la Tierra. Un año en la nave puede suponer 500 años en la Tierra. El presente del gemelo viajero, al cabo de un año, es el futuro lejano del hermano que se quedó en la Tierra.

La forma en que advertimos la realidad tiene más que ver con nuestras limitaciones que con la misma realidad. Para mi es un consuelo y cuando Zoe pueda comprenderlo espero que también lo sea para ella.

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