miércoles, 6 de junio de 2007

HOLA (13-10-2005)



Al emprender un camino siempre hay un primer paso que dar. Es el más importante, el que nos pone en marcha y rompe nuestra inmovilidad. De la misma manera, debería haber un primer paso,también, que nos lleve por el camino lejos de pesadillas como Bosnia, Ruanda o Liberia. Nunca sabemos si estamos lo suficientemente lejos de ellas. Por eso mismo, por insignificante que nos parezca será un paso decisivo para la paz , en cualquier sitio...

Puede ser un gesto: el saludo. Es lo mínimo que podemos dedicar a una persona, pero precisamente por eso, el primer paso hacia el abismo también ocurre cuando se niega. Es el primer insulto. Si al menos todos fueramos capaces de ofrecer ese mínimo gesto estaríamos empezando a recorrer el largo camino de la concordia.

El siguiente paso podría ser algo más que un gesto: una actitud. Ofrecer el saludo por el saludo mismo, sin ninguna intención diferente a la que supone el ofrecer un gesto de paz. Después, de este pequeño acercamiento, podría seguir cualquier otra cosa que mantenga el interés egoïsta lejos de nuestro corazón.

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